Canarias no es solo un destino de de sol y playa, es un continente en miniatura que se integra en ocho islas y ofrece una diferencia paisajística y natural de mucho interés. El pasado año, el destino cifró en un 44% los turistas que viajaban hasta allí con alguna motivación experiencial para realizar actividades de turismo activo. Y es que Canarias es pura naturaleza. Es mar, es playa, es montaña, es gastronomía, es cultura e historia y cuenta con un patrimonio natural que recorre cada uno de estos ejes. Isla a isla, el visitante puede descubrir las diferentes bondades que integran cada uno de estos destinos con su naturaleza porque, a pesar de conformar entre todos un archipiélago, cada uno de ellos cuenta con unas características específicas. Y lo mejor de esta variedad es que se adaptan a todo tipo de viajeros y a sus diferentes formas de viajar. Desde el senderismo más relajado o la oportunidad de realizar ornitología para vislumbrar aves endémicas de la zona hasta las actividades más extremas, aptas exclusivamente para atrevidos, como el paracaidismo o la apnea. Todo ello, eso sí, de la mano de empresas certificadas y con la máxima seguridad.
De entre todas las islas del archipiélago canario El Hierro es la isla con el ecosistema marino mejor conservado de todos. Sus aguas, limpias de contaminación química como acústica, lo convierten en una zona de alta naturalidad, además de albergar una gran riqueza de especies y comunidades marinas que han hecho de este entorno un lugar privilegiado para la investigación, la divulgación científica y el buceo recreativo.
Por estas razones son muchos los que, deseando conocer las sensaciones que produce sumergirse en los fondos marinos, se desplazan hasta esta isla para iniciarse en el snorkel o el scuba diving (buceo) con el acompañamiento de instructores privados. La primera de las actividades comienza con un recorrido en barco a lo largo de la costa de la reserva marina de El Hierro. A lo largo del camino se hace un alto para zambullirse y vislumbrar unos fondos marinos que, a pesar de encontrarse a ocho metros de profundidad, es posible disfrutarlos nadando desde la superficie gracias a la claridad de sus aguas. La actividad de buceo, en la que hay que sumergirse con tanque de oxígeno, está enfocada tanto para principiantes como para gente con más experiencia y ofrece la posibilidad de bajar a las profundidades y conocer de cerca toda la fauna marina que ofrece la geología volcánica de El Hierro.
Además de disfrutar de los fondos marinos, esta isla ofrece la posibilidad de realizar otro tipo de actividades al aire libre como conocer el Parque Cultural de El Julan, donde se encuentran numerosos petroglifos. Los más extensos y significativos de estos dibujos que grabaron sobre piedra o roca los bimbaches -los primeros pobladores que habitaron El Hierro- son los Letreros de el Julan, un espacio en donde también se pueden contemplar los restos de su antiguo lugar de reunión denominado Tagoror.
Envuelto en las nieblas procedentes de los vientos alisios se encuentra el Parque Nacional de Garajonay, un bosque húmedo de laurisilva superviviente de la Era Terciaria que hace de La Gomera un lugar realmente singular en el mundo. Un recorrido de senderismo interpretado es la mejor forma para descubrir su interior, siguiendo los pasos de los antiguos habitantes de la isla y aprendiendo sobre las hierbas medicinales que crecen en esta inmensa “farmacia forestal”.
Otro de los hitos paisajísticos más importantes de esta isla, ideal para recorrer a pie, es La Fortaleza, ubicada en el pueblo de Chipude. Un domo volcánico resultado de la erosión diferencial que dejó al descubierto los materiales más duros de un antiguo volcán. A lo largo del recorrido, se pueden descubrir diferentes especies rupículas de gran valor como la centaura o la siempreviva y, en su cima, un yacimiento arqueológico relacionado con antiguas prácticas religiosas que se llevaban a cabo en la isla. Y, para aquellos que prefieren pedalear a andar, la isla ofrece la posibilidad de hacer una ruta circular por El Bosque de las Brujas en un recorrido de 30 kilómetros en el que los visitantes se suben a una eBike y descubren gran parte de La Gomera sobre ruedas.
El cielo brilla como nunca en medio de los apenas 706 km2 que engloba el territorio de La Palma. Esta isla con uno de los mayores desniveles del planeta, 2.426 metros para ser exactos, es uno de los tres puntos del planeta más idóneos para la observación astronómica, junto con el desierto de Atacama y Hawaii. De ahí que no sorprenda que en 2013 fuera nombrada la primera Reserva Starlight del mundo y que sean muchos los que se desplacen hasta aquí para disfrutar de su resplandor nocturno. El espectáculo natural de la erupción del volcán de La Palma el pasado año ha sido uno de los últimos reclamos turísticos de la isla. Ahora hay quienes se acercan hasta allí para aprender más de cerca sobre el vulcanismo, cómo se forman los volcanes, qué ocurre a su alrededor y distinguir los tipos de lava. Un recorrido que se realiza tanto por tierra -donde se visita el panorama volcánico de Fuencaliente- como por mar, para conocer de primera mano en una excursión de snorkel las formas que toma la lava bajo el agua. Para completar la visita natural y cultural por la isla de La Palma, un recorrido por el Parque Arqueológico de Belmaco, considerado el primer yacimiento arqueológico descubierto en las Islas Canarias y donde se encontraron los primeros petroglifos del archipiélago.
Especialmente conocida por sus deportes acuáticos, Tenerife se ha conformado como uno de los mejores lugares del archipiélago para tomar clases de apnea, un deporte extremo de buceo a pleno pulmón que se basa en la suspensión voluntaria de la respiración debajo del agua mientras se desciende hasta las profundidades. Pero también en un lugar para disfrutar de rutas en kayak recorriendo los acantilados de Los Gigantes, un accidente geográfico que los guanches -los aborígenes de esta isla- creían que marcaban el fin del mundo.
Pero no solo el mar es la única forma de disfrutar de la naturaleza de esta isla, también existen otras alternativas de ocio al aire libre como la ornitología. Y es que el avistamiento de aves en Tenerife es una de las actividades más interesantes de la isla por la posibilidad que ofrece de conocer junto a prestigiosos naturalistas locales algunos de los lugares en donde todavía quedan reductos de aves endémicas. Estas actividades se complementan con la visita al MUNA, el Museo de Naturaleza y Arqueología, donde se integran todos los materiales arqueológicos y restos humanos de la historia antigua de la isla en una única colección.
Gran Canaria es adrenalina pura y las actividades de aventura adaptadas a todo tipo de públicos que la rodean lo corroboran. El barranquismo es una de las actividades más fascinantes dentro de los deportes de aventura que se ofertan en la isla. Se trata de una actividad perfecta para realizarla con amistades o en familia y apta tanto para adultos como para niños en la que, además de divertirse, permite descubrir desde otro punto de vista el curso que el agua sigue a través del cañón.
Los acantilados de Mogán son el escenario perfecto para otra de estas actividades, el coastering, un recorrido anfibio que alterna mar y montaña en el que se pueden probar técnicas como la vía ferrata marina, los puentes colgantes, el rápel o los saltos al mar. Y, para quienes buscan una vivencia más extrema, el paracaidismo en tándem. Una experiencia de caída libre mientras se surcan los cielos de Gran Canaria. Para completar estas actividades extremas al aire libre, la isla cuenta con el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada y el yacimiento arqueológico del Risco Caído y las Montañas Sagradas. Gracias al desarrollo comunitario y a la participación ciudadana, con el apoyo del Patronato de Turismo de de Gran Canaria, se consiguió que este enclave fuera declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2019.
Las condiciones climáticas y de suelos de la isla de Lanzarote han dado lugar a algunos de los mejores vinos de este archipiélago. Especialmente llama la atención La Geria, una zona vitivinícola protegida donde se aúna el senderismo y el enoturismo en una ruta circular entre parras y volcanes que permite conocer la historia y los orígenes de estos viñedos que combinan mar y volcanes. Algo similar sucede en los alrededores del entorno de Janubio, un sitio de interés científico por sus valores históricos, geológicos y etnográficos y por ubicarse allí las últimas salinas de la isla, el oro blanco de Lanzarote.
Además de gastronomía, la isla cuenta con algunos lugares especialmente singulares, como la Quesera de Zonzamas, considerado uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes del archipiélago. Su nombre, aunque proviene de la similitud de los moldes para elaborar queso, nada tiene que ver con la cocina. Ubicado entre las montañas de Zonzamas y Maneje, se trata de manifestaciones rupestres consistentes en canales longitudinales y paralelos labrados en grandes bloques basálticos que se supone que estaban destinados a ritos religiosos o a actividades cotidianas como la molienda y la captación y almacenamiento de agua.
Los antiguos aborígenes de Fuerteventura consideraban la montaña de Tindaya, de 400 metros de altura y esculpida por el paso del tiempo, una montaña sagrada a la que se le atribuían propiedades mágicas. Esto es lo que corroboran los más de 300 grabados con forma de pie, de gran valor arqueológico, que se han encontrado en ella y que se pueden conocer de primera mano en un recorrido a través de sus senderos. Otra de estas rutas en la que conocer más sobre la naturaleza de esta isla es la de la montaña Escanfraga, el volcán más alto con el que cuenta Fuerteventura. A lo largo de sus siete kilómetros, en lo que se conoce como la Ruta del Camello, el visitante puede disfrutar de increíbles vistas caminando por el sendero que cruza la caldera hasta llegar a su cima, a 533 metros de altura.
Además de senderismo, Fuerteventura ofrece la posibilidad de hacer diferentes actividades acuáticas, como los cursos de surf destinados a principiantes con los que se puede profundizar en la teoría de este deporte -descubriendo los tipos de olas, de materiales de las tablas, las condiciones climáticas y de mareas, las remadas y las formas de manejar el equilibrio- además de ponerlo en práctica dentro del agua.
Todas estas actividades son reservables de manera gratuita y con códigos de hasta 100 euros de descuento en Ecoactiva Canarias. Esta iniciativa ha sido puesta en marcha gracias al Plan de Reactivación del Turismo Activo en Canarias, impulsado por Activa Canarias y la Consejería de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias.
Fuente: Viajes National Geographic.